jueves, 19 de abril de 2007

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Seguimos centrando con estas líneas la dimensión del cambio. Un poco a tientas, porque tratamos de involucrar a las personas como condición esencial del cambio y las personas no solo no se dan necesariamente cuenta, sino que dentro de ese mismo proceso, generan inconscientemente una resistencia a la transformación que -por otra parte-, saben necesitar. Esta organización particular que es visiion, se encuentra al mismo tiempo en el centro de transformaciones notables y a la cabeza de sus desarrollos. Darse cuenta de ello no es fácil. Como nadadores en una carrera, no vemos con claridad como vamos con respecto a los demás. Para ello tenemos que mirar desde fuera. Esto es lo que aporto: una mirada alejada, que permita incidir sobre el territorio de los actores, para que puedan tomar decisiones apropiadas a lo que ellos mismos quieren. Por cierto, esta es la dificultad epistemológica que me coresponde resolver (y que señalo porque la clave del éxito es la "pureza"...) mi mirada tiene que ser "alejada", incorporando elementos de contexto que responden al análisis de tenddencias, pero al mismo tiempo "próxima": los actores deben verse reflejados en ese espejo grande que les propongo para que entiendan sus comportamientos. Es cierto que la etnometodología es una fuente de nuestas reflexiones, pero no la única. Ya habrá ocasión de desarrollar una bibliografía y destacar tendencias de investigación.

Como ya hemos dicho que en nuestra concepción, de las organizaciones inteligentes, concebidas (por y para)la sociedad de la información, se ha de pasar a las organizaciones "espirituales" de la sociedad del conocimiento. Hasta que no logremos acuñar un término apropiado, nunca insistiremos lo suficiente, en que la utilización del término "espiritual" solo tiene por objeto subrayar ciertas características de lo que tradicionalmente se ha vinculado con el, tales como totalidad, entrega, generosidad, etc., así como señalar una fase más "etérea", completa e inasible, más aérea e indeterminable que la "inteligencia" en las sociedades y las personas. La voluntad -ya lo señala e constructivismo-, está a la base de una comprensión que modifique la realidad. El compromiso es el primer paso.

No se me escapa que esa definición conceptual, trata también de dar cuenta del componente "mágico" que implica la transformación cualitativa, es decir, del cambio de un estado a otro. Y ese es precisamente el punto. Si no hubiera historia en apoyo y coincidencias que permitieran entender sus condiciones, no sabríamos estarlo considerando. Karl Gustav Jung, acuñó el concepto de sincronía para abordar ese espacio intermedio entre causalidad y aleas que nos convoca como una señal. En nuestro saber, solo la Resonancia Morfogénica de Rupert Sheldrake, ha venido a aportar un desarrollo más reciente con aportes significativos y vale en cuanto a ventanas de referencia científica. Y nuestra intención es la de encontrar significados transmisibles, es decir, que sean intuitivamente percibidos y racionalmente incorporados. Aunque baste aquí, la lógica implícita en la sintáxis.

Y se entenderá de que hablo: me encontraba con nuestros amigos de visiion, el día 1 de Mayo, a la 1 de la tarde, cuando los cómputos de la Ficha de Protección Social, indicaron que se había cumplido con 1 millón de entradas comprometidas. A priori, razón ni previsión ninguna habrían podido establecer una coincidencia como esta. Mas bien que siguiendo la tendencia que marcan los desarrollos tecnológicos y el nivel de cumplimiento de los compromisos en el ámbito institucional público, así como los niveles de incredulidad con que -a causa de ello-, se enfrentan, extraño resultaba ya que el plazo se cumpliera... ¿que decir de la triple presencia del uno?. Podría haber sido cualquier relación numérica y a nadie le hubiera parecido nada. Tampoco a mí, que llevo este particular recuento de las letras, pero ocurrió y ello es muy raro. Y en nuestra opinión es en hechos como este, en la coincidencia inesperada de hechos de diverso orden que por ello adquieren significación, que se construye esa dimensión que llamamos "espiritual" y que hasta aquí en general consideramos como fuera del ámbito de nuestras preocupaciones "materiales".