miércoles, 30 de enero de 2008

innovación, conocimiento y web social


Resulta interesante constatar la confluencia de ciertos temas, a través de distintos canales, en un momento preciso. El tema se instala así como una necesidad práctica que articula el relato. Hace sólo unos días en un seminario de nuestro laboratorio, presentamos una discusión acerca de la innovación (y volvimos a constatar la resistencia que produce). Un amigo nos envía un artículo sobre lo mismo y la prensa lo recoge. La decidida participación en las herramientas y procesos que genera la web social, permite desde luego tener acceso a una cantidad de información actualizada y en formato multimedia que resultan de gran riqueza y estimulo imprecedentes para la generación de nuevas reflexiones y conductas, haciendo que la colaboración se instale en la dimensión de un hábito. El circuito de retroalimentación entre prácticas, ideas y productos se hace así continuo y la innovación deja de ser la obligación de un estereotipo vacío, para convertirse en conocimiento actual compartido.

Esto es parte de un cambio organizacional (y personal) de suma importancia para el futuro de nuestras sociedades. Seamos iterativos al reiterar que el acelerado paso hacia la sociedad del conocimiento involucra los distintos niveles locales regionales nacionales y globales y ello independientemente que consideremos la dimensión de la organización, o si ella responde a las características de una institución de gobierno, empresa o academia. Lo cierto es que la sociedad del conocimiento está centrada en las personas y en el adecuado desarrollo de sus capacidades de colaboración. De allí el papel central que juegan las comunicaciones y el que éstas estén dotadas de resignificación, es decir que respondan a las características y necesidades de una estrategia de transmisión de contenidos.

He aquí y entonces, que irrumpe con fuerza y resonancia el llamado auto producido del nuevo salto cualitativo de las comunicaciones mediadas por tecnología y que se expresa en la web social, abriendo de nuevo puertas que parecían cerradas, en el sentido de la democratización y la innovación participativa de los procesos.

Revisemos algunos conceptos claves: el conocimiento es un valor clave en la organización, que se considera en sí misma como un sistema de conocimientos. Si durante la sociedad de la información el conocimiento se percibía como un agregado interesante y reservado para grandes corporaciones que pudieran costearlo, como un lujo, en la medida que transitamos aceleradamente a la sociedad del conocimiento, éste se ha convertido en una necesidad para todos. Por cierto el conocimiento mismo reviste características que lo diferencian de lo que hasta ahora habíamos comprendido como tal. El elemento fundamental de diferenciación de esta categoría conceptual, radica en su carácter constructivista, situacional y colaborativo. El conocimiento adquiere un valor en el contexto, se construye en conjunto y se comparte, abiertamente.

Normalmente en el área de gestión del conocimiento, como sabemos área que se ha desarrollado con mucha fuerza en la empresa (y que resulta al menos paradojal constatar, no se ha desarrollado igual en el ámbito académico y menos en el de las organizaciones de gobierno), se consideran básicamente dos fuentes de gestión del conocimiento: un archivo documental y por otra parte un conjunto de procesos, que configuran una doble infraestructura organizacional, un espacio digital y un espacio social. Si el espacio digital permite encontrar archivadas las normas y reglamentos, convenios y procedimientos documentables, ello no es todo el conocimiento de la organización. Señalemos que la parte de estos procedimientos que refiere a las asesorías, redes de expertos y a las formas en que se toman decisiones, no son siempre documentables. De aquí que las herramientas de "información ambiental" y multimedia recogida por la web 2.0, pongan en un primer plano de la gestión del conocimiento y entonces del valor, los procesos de generación y captura de lenguajes, es decir la narrativa y el relato. Como nuestra metodología de “análisis media-situacional”. La información a través de la presencia generadora e interactiva de las personas, resignificada por el contexto situacional del espacio social colaborativo, se transforma en conocimiento y valor, en un proceso de retroalimentación continua e innovación constante.

El sistema de conocimientos que es la organización, no puede prescindir de la innovación.

Por otra parte, sería impensable que cambios tan profundos en la concepción y forma de los procesos de análisis, producción y transmisión del conocimiento, no se encontrarán reflejados en la forma salarial que asume el trabajo en la sociedad actual. Es así que hemos visto modificarse paulatinamente el salario, que ha transitado desde responder a una función-base, a una de productos y objetivos, para incorporar ahora con más fuerza el valor del conocimiento. Esto es fundamental, por cuanto siendo tal la cantidad de la información disponible en cualquier lugar y en cualquier momento, más que técnicas tradicionales de archivo documentación y organización de la información, se requiere contar con personas dotadas de capacidades analíticas e intuitivas que permitan ir generando la información a medida que se busca y de acuerdo a las necesidades que genera el contexto social en que nos situamos. Esto es lo que el autor David Weisenberg ha llamado en un libro reciente ("Everything is Miscellaneosu"), la " relevancia instantánea", poniendo en un nuevo primer plano el impacto de los elementos inconscientes e intuitivos en el escenario del quehacer organizacional.

La web social implica un cambio radical en la manera en que se hacen las cosas pero sobre todo en la forma en que se entienden e imaginan los procesos. En cuanto información y comunicaciones, la página en ambiente web deja de ser un espacio unidireccional de acuerdo al modelo emisor y receptor que caracterizó la primera ola de comunicaciones (radiales y escritas) y los análisis asociados, en el sentido de permitir una manipulación dirigida, para convertirse en uno de participación motivacional efectiva. Los distintos elementos que se pusieron en plaza durante la internet 1.0 para captar el interés de los usuarios, tales como el " foro", preguntas frecuentes, intranet, consultas, etc., en otras palabras, todo aquello que se veía manipulable, dirigido, poco confiable y en rigor estático y amotivacional, deja de serlo para transformarse en un sistema efectivo de retroalimentación y creación dinámica del conocimiento, en que las personas no responden a las directrices de otros, sino a sus propias motivaciones, perdiendo las trabas e inhibiciones propias al anterior modelo jerárquico del conocimiento, para ser efectiva y realmente un móvil generador de contenidos y opiniones.

Dos cuestiones debiéramos aún precisar en esta entrada sobre innovación y conocimiento. La primera es que en general la innovación se asocia a grandes proyectos de innovación y desarrollo, lo que ciertamente limita el ámbito de la innovación sólo a las grandes compañías, cuya política de empresa ya se haya traducido en presupuestos de inversiones previas y líneas vinculadas a la fusión particular de investigación-producción. En verdad esa imagen aun elitista de la innovación no es real -o al menos no es la única real-, ya que remodelar un proceso de trabajo es innovar, decidir nuevas fórmulas comerciales es innovar, instalar nuevos estilos de dirección es innovar, pensar en los derechos de las personas al interior de la organización es innovar, mejorar la calidad de vida es innovar, activar los mecanismos que permitan retroalimentación es innovar, implementar las herramientas colaborativas de la web social es innovar, dar un rostro humano a nuestras actividades, es innovar. Construir un relato de la organización, es innovar.

Y lo más importante de todo, el cambio permanente, la innovación y el conocimiento, deben estar presentes, en tanto categorías constitutivas en la mente de las personas, para poder traducirse realmente en formas organizacionales generadoras de valor, que se proyecten y trasciendan, reinventándose de acuerdo a los tiempos.