miércoles, 30 de enero de 2008

innovación, conocimiento y web social


Resulta interesante constatar la confluencia de ciertos temas, a través de distintos canales, en un momento preciso. El tema se instala así como una necesidad práctica que articula el relato. Hace sólo unos días en un seminario de nuestro laboratorio, presentamos una discusión acerca de la innovación (y volvimos a constatar la resistencia que produce). Un amigo nos envía un artículo sobre lo mismo y la prensa lo recoge. La decidida participación en las herramientas y procesos que genera la web social, permite desde luego tener acceso a una cantidad de información actualizada y en formato multimedia que resultan de gran riqueza y estimulo imprecedentes para la generación de nuevas reflexiones y conductas, haciendo que la colaboración se instale en la dimensión de un hábito. El circuito de retroalimentación entre prácticas, ideas y productos se hace así continuo y la innovación deja de ser la obligación de un estereotipo vacío, para convertirse en conocimiento actual compartido.

Esto es parte de un cambio organizacional (y personal) de suma importancia para el futuro de nuestras sociedades. Seamos iterativos al reiterar que el acelerado paso hacia la sociedad del conocimiento involucra los distintos niveles locales regionales nacionales y globales y ello independientemente que consideremos la dimensión de la organización, o si ella responde a las características de una institución de gobierno, empresa o academia. Lo cierto es que la sociedad del conocimiento está centrada en las personas y en el adecuado desarrollo de sus capacidades de colaboración. De allí el papel central que juegan las comunicaciones y el que éstas estén dotadas de resignificación, es decir que respondan a las características y necesidades de una estrategia de transmisión de contenidos.

He aquí y entonces, que irrumpe con fuerza y resonancia el llamado auto producido del nuevo salto cualitativo de las comunicaciones mediadas por tecnología y que se expresa en la web social, abriendo de nuevo puertas que parecían cerradas, en el sentido de la democratización y la innovación participativa de los procesos.

Revisemos algunos conceptos claves: el conocimiento es un valor clave en la organización, que se considera en sí misma como un sistema de conocimientos. Si durante la sociedad de la información el conocimiento se percibía como un agregado interesante y reservado para grandes corporaciones que pudieran costearlo, como un lujo, en la medida que transitamos aceleradamente a la sociedad del conocimiento, éste se ha convertido en una necesidad para todos. Por cierto el conocimiento mismo reviste características que lo diferencian de lo que hasta ahora habíamos comprendido como tal. El elemento fundamental de diferenciación de esta categoría conceptual, radica en su carácter constructivista, situacional y colaborativo. El conocimiento adquiere un valor en el contexto, se construye en conjunto y se comparte, abiertamente.

Normalmente en el área de gestión del conocimiento, como sabemos área que se ha desarrollado con mucha fuerza en la empresa (y que resulta al menos paradojal constatar, no se ha desarrollado igual en el ámbito académico y menos en el de las organizaciones de gobierno), se consideran básicamente dos fuentes de gestión del conocimiento: un archivo documental y por otra parte un conjunto de procesos, que configuran una doble infraestructura organizacional, un espacio digital y un espacio social. Si el espacio digital permite encontrar archivadas las normas y reglamentos, convenios y procedimientos documentables, ello no es todo el conocimiento de la organización. Señalemos que la parte de estos procedimientos que refiere a las asesorías, redes de expertos y a las formas en que se toman decisiones, no son siempre documentables. De aquí que las herramientas de "información ambiental" y multimedia recogida por la web 2.0, pongan en un primer plano de la gestión del conocimiento y entonces del valor, los procesos de generación y captura de lenguajes, es decir la narrativa y el relato. Como nuestra metodología de “análisis media-situacional”. La información a través de la presencia generadora e interactiva de las personas, resignificada por el contexto situacional del espacio social colaborativo, se transforma en conocimiento y valor, en un proceso de retroalimentación continua e innovación constante.

El sistema de conocimientos que es la organización, no puede prescindir de la innovación.

Por otra parte, sería impensable que cambios tan profundos en la concepción y forma de los procesos de análisis, producción y transmisión del conocimiento, no se encontrarán reflejados en la forma salarial que asume el trabajo en la sociedad actual. Es así que hemos visto modificarse paulatinamente el salario, que ha transitado desde responder a una función-base, a una de productos y objetivos, para incorporar ahora con más fuerza el valor del conocimiento. Esto es fundamental, por cuanto siendo tal la cantidad de la información disponible en cualquier lugar y en cualquier momento, más que técnicas tradicionales de archivo documentación y organización de la información, se requiere contar con personas dotadas de capacidades analíticas e intuitivas que permitan ir generando la información a medida que se busca y de acuerdo a las necesidades que genera el contexto social en que nos situamos. Esto es lo que el autor David Weisenberg ha llamado en un libro reciente ("Everything is Miscellaneosu"), la " relevancia instantánea", poniendo en un nuevo primer plano el impacto de los elementos inconscientes e intuitivos en el escenario del quehacer organizacional.

La web social implica un cambio radical en la manera en que se hacen las cosas pero sobre todo en la forma en que se entienden e imaginan los procesos. En cuanto información y comunicaciones, la página en ambiente web deja de ser un espacio unidireccional de acuerdo al modelo emisor y receptor que caracterizó la primera ola de comunicaciones (radiales y escritas) y los análisis asociados, en el sentido de permitir una manipulación dirigida, para convertirse en uno de participación motivacional efectiva. Los distintos elementos que se pusieron en plaza durante la internet 1.0 para captar el interés de los usuarios, tales como el " foro", preguntas frecuentes, intranet, consultas, etc., en otras palabras, todo aquello que se veía manipulable, dirigido, poco confiable y en rigor estático y amotivacional, deja de serlo para transformarse en un sistema efectivo de retroalimentación y creación dinámica del conocimiento, en que las personas no responden a las directrices de otros, sino a sus propias motivaciones, perdiendo las trabas e inhibiciones propias al anterior modelo jerárquico del conocimiento, para ser efectiva y realmente un móvil generador de contenidos y opiniones.

Dos cuestiones debiéramos aún precisar en esta entrada sobre innovación y conocimiento. La primera es que en general la innovación se asocia a grandes proyectos de innovación y desarrollo, lo que ciertamente limita el ámbito de la innovación sólo a las grandes compañías, cuya política de empresa ya se haya traducido en presupuestos de inversiones previas y líneas vinculadas a la fusión particular de investigación-producción. En verdad esa imagen aun elitista de la innovación no es real -o al menos no es la única real-, ya que remodelar un proceso de trabajo es innovar, decidir nuevas fórmulas comerciales es innovar, instalar nuevos estilos de dirección es innovar, pensar en los derechos de las personas al interior de la organización es innovar, mejorar la calidad de vida es innovar, activar los mecanismos que permitan retroalimentación es innovar, implementar las herramientas colaborativas de la web social es innovar, dar un rostro humano a nuestras actividades, es innovar. Construir un relato de la organización, es innovar.

Y lo más importante de todo, el cambio permanente, la innovación y el conocimiento, deben estar presentes, en tanto categorías constitutivas en la mente de las personas, para poder traducirse realmente en formas organizacionales generadoras de valor, que se proyecten y trasciendan, reinventándose de acuerdo a los tiempos.

innovación y derechos


El Índice de Competitividad para el Crecimiento del World Economic Forum y el modelo desarrollado por el Banco Mundial para diagnosticar la posición de cada país en la economía del conocimiento (2004), así como el informe de la OECD (2003), coinciden en que el país presenta un Sistema Nacional de Innovación (SIN) subdesarrollado, insuficientemente preparado para hacer frente al desafío de crecer con equidad. Según el primero que citamos, Chile presenta un rendimiento inferior al esperado en todas las dimensiones asociadas a “capacidad innovativa”: proporción de exportaciones tecnológicas casi inexistente, un bajo grado de colaboración científica entre universidades y empresas, y un bajísimo esfuerzo en investigación y desarrollo, así como en obtención de patentes. Sin embargo, cabe señalar que según el mismo informe, el país presenta una posición destacada en los items de “infraestructura pro-innovación”, tales como cantidad de computadores conectados a Internet, nivel de avance de e-goverment, o inversión en telecomunicaciones, lo que indica –al contrario de un país en que no existe una base adecuada para desarrollar la innovación-, que en nuestro país existen las condiciones (al menos las materiales), pero que no se están aprovechando. Tenemos las uvas, pero no sabemos hacer vino. Esto es, atendamos de preferencia los procesos y fijémonos en las personas.

Ello en la línea de análisis que sustenta el estar pasando del marco conceptual “industrial” -es decir “material, cuantificable, cosista”-, al nuevo paradigma virtual de la sociedad del conocimiento, por cuanto el que no se estuviera haciendo lo necesario, no puede atribuirse a causas “físicas” de infraestructura o acceso a las tecnologías, sino más bien a otro tipo de causas, que tienen que ver con actitudes, hábitos mentales o ideológicos, distribución del ingreso...

La expansión de los derechos sociales de las personas, aplicada por el Gobierno en otras áreas, podría ser aquí una clave estratégica. Compartir información hace que las personas que componen un espacio laboral, participen en la toma de decisiones, se suavizan las tensiones y los conflictos, se hace más transparente e informada la toma de decisiones y se aumenta la productividad.

El contraste entre un sistema que involucra a los trabajadores con su lugar de trabajo y otro que no lo hace, conduce a dos tipos de relaciones industriales. Se considera que en una empresa tipo, en Japón, el 80% de sus trabajadores participa -de diferentes maneras- en la generación de la política de la empresas y que ello incide directamente en los altos niveles de innovación que tiene el país. Por cierto, la participación colaborativa en el diseño estratégico, no solo prepara a las personas en el cambio, que ellas mismas se sienten producir, sino que le da sustentabilidad al mismo una vez que este se implementa.

Los índices y datos “gruesos” de la economía, sin embargo, requieren también ser resignificados, en un contexto mas comprensivo, porque aunque explican grandemente, no remiten a los procesos y lamentablemente, nuestras políticas no los relacionan. En Chile, el 0.7% del PIB es destinado a actividades innovativas (última cifra para año 2002), mientras que en los países desarrollados se destina en promedio el 2.1%, y en los innovadores el 3.1%. Esta baja proporción del PIB destinada a la innovación en comparación con países de mayor desarrollo es aún menor, si se controla por características económicas y poblacionales. Además, parte importante del gasto en I+D es financiado por el sector público (0.5% del PIB).

Si bien el gasto en I+D es un indicador importante del esfuerzo innovador que realizan los países, quizás aún más importante es la forma en que ésta se financia. Los países más exitosos han logrado que las empresas ejecuten y financien cerca de un 60% del gasto en I+D. Una práctica fundamental ya que así tiende a asegurarse que la investigación sea productivamente pertinente y tenga efectos económicos reales en una economía de mercado. En Chile, esta proporción de gasto en I+D es cercana al 35% (desglosado en 28% empresas privadas y 7% empresas estatales), mientras que el 54% es financiado por el gobierno. El 11% restante es financiado por otros sectores.

Señalemos que entre los actores públicos más relevantes en el diseño de políticas están el Ministerio de Educación y el Ministerio de Economía, el primero orientado a la investigación básica, y el segundo al desarrollo tecnológico y el emprendimiento innovador. Otro actor importante es Mideplan, a cargo del Programa Milenium de becas de investigación. Sin embargo (otra vez la interoperabilidad...), no hay instancias formales de coordinación entre estas instituciones y líneas programáticas. Esta ausencia de coordinación se manifiesta también en la existencia de una serie de políticas diseñadas a nivel sectorial por los ministerios respectivos, por ejemplo en agricultura, salud, defensa y otros, así como por traslapes y duplicación de funciones.

En este escenario, es fundamental evitar asociar innovación sólo con la generación o creación de nuevas tecnologías y realizar una decidida búsqueda de nuevas heramientas conceptuales en consonancia con los tiempos y sus desafíos. La comprensión de procesos y la resignificación de prácticas al interior de la organización, debe ser considerada como innovación, tanto como el adoptar y adaptar tecnologías externas, lo que es relevante por tener un costo significativamente menor. El triunfo de los sistemas no propietarios, así como la aplicación de las herramientas de libre acceso que caracterizan la Web Social, es en este ámbito de suma importancia y probablemente tuviere enorme impacto en un futuro cercano.

miércoles, 9 de enero de 2008

intuición y razón

Estoy trabajando con unas entradas de Anecdote (en links de Internet, a la derecha...) y me llega la que sigue.

"La intuición es un don divino y la razón un fiel sirviente.
Hemos creado una sociedad que honora al sirviente y ha olvidado el don".
Albert Einstein.

La traduzco rápido, no vaya a ser que me quede dando vuelta el eco y me complique por haber cambiado "intuitive Mind", y "rational Mind", por intuición y razón respectivamente y acometa una reflexión mas extensa sobre la curiosa concepción de "muchas mentes" que expresa el conocido científico monoteísta... total siempre es de buen tono citar a Einstein y que la intuición es cada vez mas importante que la razón en la sociedad contemporánea (para bien y para mal, ni para bien ni para mal, para ambas anteriores y para ninguna de ellas), un hecho que así nos permite ser reiterado. Por cierto, la concepción de "señor" y "servidumbre", utilizada, es equivalente en el mundo terreno a la que habríamos proyectado sobre el "cielo" y que como dijimos, nuestro amigo recoge en sus creencias, así correspondiere más a tiempos históricos pasados que a los de la Web Social, sistema comunicacional por excelencia de la Sociedad del Conocimiento: "orientada al desarrollo, colaborativa y centrada en las personas"...

sábado, 5 de enero de 2008

tecnología y espíritu


"Puesto que por definición tiene que haber habido también tantos tipos o clases de lo sagrado como poderes, hay que despojar a estas palabras de sus débiles tonalidades arcaicas, antes de comprender que abstracciones como sagrado o poder, tienen, frente a las realidades que pretendían designar, más o menos la misma fuerza expresiva que la abstracción color, para la variedad de intensidades que absorben nuestra mirada".
Fredric Jameson. The cultural turn. 1998

“El molino de viento produce al señor feudal, la máquina de vapor al capitalista industrial”.
Karl Marx, La miseria de la filosofía. 1847.

De varias maneras podríamos empezar (de nuevo...) una reflexión que vinculara tecnología y espiritualidad. La oposición entre los términos salta a la vista, sin embargo puede no ser tan evidente como parece. Esta nota, que se suma a otras y conserva así su destino de arte y parte, no pretende por cierto más que señalar la dificultad que supone abordar con las "herramientas" de la razón, una temática cuya complejidad desafía sus reglas. Sin duda sería conveniente guardar en primer término, que la noción misma de tecnologías, se sitúa a las antípodas de la espiritualidad, para un determinado enfoque que concibe a la primera como resultado concreto de lo material y que llevada a su extremo desconoce la existencia de lo que denominamos espíritu. Digamos aún que la tradición de los "puntos de vista" orientales, es -como la de la mística cristiana-, clara en cuanto a señalar que las manifestaciones del espíritu no pueden ser aprehendidas por la razón. Así por ejemplo en el Tao Te Ching, que plantea la imposibilidad absoluta de describir con palabras el "mundo otro" de lo sagrado (como lo definía el místico cristiano M.Eckart, en el siglo XV), o el Tao mismo. En otro contexto -y de manera tal vez irónica-, el Budha Gautama contestó acerca de una pregunta sobre el espiritu (usamos para traducirlo el término sánscrito Dharma): "El Dharma del Dharma es el Dharma, el Dharma del no Dharma también es el Dharma, ¿como quieres que algo como el Dharma pueda ser enseñado?". Queda la idea de abordar algo de tal complejidad que ningún esfuerzo consciente (sólo consciente) es suficiente para explicarlo. Algo así nos hemos acostumbrado a comprender que ocurre con la "realidad" de los desarrollos sociales y tecnológicos contemporáneos... Y si el espíritu es complejo, la tecnología no es históricamente fácil.

Es cierto que aquí, como en toda reflexión, no debiéramos, comenzar por definir conceptualmente lo que en el mejor de los casos será el fin, de aquello que vamos a abordar. Ya en otros lugares hemos señalado que la etimología de tecnología, nos parece apropiada para dar cuenta del sentido profundo de lo que la tecnología significa socialmente y del lugar en el cual nos situamos para contemplar. Es así que optamos por una traducción del griego que asume tekne como "arte" y logos como "discurso", en el sentido de explicación, o conjunto dotado de razón. De esta manera la tecnología aparece asociada a los criterios explicativos que la constituyen, y no como un elemento que se divorcia de ella. En segundo lugar señalemos que espíritu es utilizado aquí como referente de segundo orden -a un nivel relacional con otras palabras:- a lo sutil de lo sutil, o como aquélla relación que explica relaciones. Es también la noción conceptual que de mejor manera refiere a la propiedad totalizante u holístico de los sistemas. Aunque tal vez fuere más conveniente utilizar el concepto “mente” -tal como lo define Gregory Bateson-, optamos por el término espíritu, por cuanto la referencia directa que establece a la constitución y funcionamiento de un sistema particular de creencias, -que es un poco el primer objetivo que nos planteamos, es más próxima que el de mente, en el sentido de totalidad en red en que la describe el autor citado. Digamos también y en este sentido que es la de un esquema clásico, la utilización de espíritu (que como sabemos se inscribe en la aceptación tácita de un consenso que no nos convence del todo...), refiere a constatar una condición de la sociedad, en la que contrariamente a los postulados sociológicos tradicionales de un triunfo de la racionalidad explicativa, [1] la ciencia –y pese a sus avances, o tal vez por lo extremadamente exitoso de los mismos-, no ha logrado sepultar el universo de las creencias, o sea la fe en el pasado de un arcaísmo que ha superado, sino que ella misma se ha convertido en un entorno particular que lo remodela.

Por cierto esta consideración debe también "modularse" con cuidado, por cuanto muy posiblemente el refluir del espíritu y la importancia creciente de los sistemas de creencias o de las ideologías en el mundo contemporáneo, no tenga que ver con características intrínsecas de la propia ciencia y el método que la sustenta, sino más bien, sobre todo y en ambos casos con el manejo orientado de las comunicaciones de masas. Esto en el doble sentido de no informar debidamente a la comunidad humana de los logros, niveles de avance y proyecciones que se obtienen en los distintos espacios disciplinarios (que hasta hace muy poco conformaban dominios en los cuales habría sido impensable tener opinión de no pertenecer al grupo de los especialistas), como por otro lado, por lo favorable que resulta para el determinado sistema socioeconómico en que nos encontramos, una población que proyecte sus realidades hacia el mundo otro de lo sagrado, particularmente, como es el caso, si ese sagrado está en las mismas manos de quienes detentan el poder social en otras esferas, como la económica y a sus intereses sirve. No obstante, señalemos que independientemente de las condiciones ontológicas que orientan al ser hacia la totalidad de la cual proviene y del imperativo epistemológico contemporáneo, que podría traducirse como la imposibilidad de conocerlo todo -es decir de su exacto contrario-, no menos cierto resulta constatar que la práctica social de los cientificos, se ha dotado históricamente de instrumentos, de rituales de acción y de un instrumental de afirmaciones disciplinarias, que en la misma medida que se construye, se va aproximando a las características dogmáticas sobre las cuales se ha construido la religión.

Como en determinar perspectivas de la sociología históricas, tampoco sería completamente vano que consideráramos como punto de partida ese sano consenso que implica el sentido común y que así nos bastará con constatar, las características cada vez más inmateriales del mundo de la virtualidad y por otra parte, el rol medular de fiscalización cada vez mayor y la importancia creciente que parecen manifestar las religiones en el momento actual. Más que frecuente, podríamos decir que es común encontrar aproximaciones hacía el espíritu, en dominios cognitivos en los cuales hubiera sido impensable hasta no hace mucho, como por ejemplo, en el ámbito de la sociología organizacional... Quedémonos pues, como punto de entrada, con la aseveración simple, de una realidad que constituye nuestra hipótesis de trabajo: la abstracción creciente de las realizaciones en el mundo histórico y la carencia espiritual, que se manifiesta por su acendrada búsqueda de presencia en el espacio social.

Digamos que nuestro marco referencial considera la utilización de un esquema clásico en Historia de las Religiones, según el cual los sistemas de creencias habrían pasado por algunas etapas definidas de acuerdo a momentos históricos específicos, y encuentra fundamentalmente tres: en un primer momento un sistema de creencias indiferenciado en lo conceptual, que se habría hecho objetivo a partir de las prácticas de los sujetos creyentes y que llamamos pensamiento mágico, un segundo nivel de elaboración habría permitido la identificación del cuerpo teórico representado en divinidades, hecho que identificarían a religión, y finalmente un conocimiento de hechos comprobables, que incorpora la experiencia en su capacidad transformadora de lo real, y que llamamos ciencia. Por cierto que la figura resulta esquemática en extremo y sólo nos sirve como una referencia ordenadora. Destaquemos sin embargo, que las características particulares de la civilización en la cual nos encontramos, se caracterizan por una aceleración de las relaciones y potenciación de los resultados de la convergencia entre conocimientos y sabe que, seguirá dotando al mundo de la doble condición de mayor velocidad a y relaciones más complejas. Este simple hecho, que en realidad no tienen nada de simple, podría también ser considerado como una explicación válida en el sentido de la utilización del término espiritual al cual nos referimos.

Como quiera que sea y considerando que estas palabras no tienen otro propósito que el estimular una investigación que ha de continuarse de manera colaborativa -tal como son las condiciones de la construcción del conocimiento en la actualidad-, puntualiza (y contentémonos con ello por el momento), que más allá de la definición conceptual, las tecnologías tienen una presencia que sigue el desarrollo de una línea exponencial en el mundo contemporáneo, y dónde el surgimiento de las relaciones que generan sus aplicaciones, que a su vez las han generado, resultan imposibles de seguir aún para los especialistas y que por lo tanto la relación entre hombres y máquinas estaría alcanzando el punto de singularidad (S), que representa la posibilidad paradojal de crear vida humana sin participación humana. Ya lo vemos, la deriva en la cual nos encontramos, no es tampoco muy alejada de una “situación-dios", y en consecuencia de uno de los campos que ha cubierto preferentemente en estricto rigor el espíritu. Como quiera que sea la complejificación y sofisticación de las tecnologías, las han convertido en indisociables de la magia y de acuerdo a lo que hemos señalado, también habría cultores que la consideran su religión.

No deja de sorprender que desde los inicios de la cibernética, encontremos como Norbert Wiener orienta el norte de la investigación hacia nociones afines a la temática que contemplamos. Esta relación que en el pensador de cibernética y sociedad no aparecía precisamente formulada, sino más bien como referencia a las condiciones del conocimiento (en entrada anterior: como control o aprendizaje), se encuentra plenamente expresada ya en la obra de Mc Luhan, a quien por cierto se ha llamado con frecuencia, "brujo de la tecnología". Tal como lo señala Mattelart en “Historia de la sociedad de la información”, el criterio a través del cual Mc Luhan considera que la globalización del mundo viene reconstruir lo que en rigor es una visión religiosa del planeta, y como en otras palabras, la teología se convierte en el culto de las redes. Aparte de ello Mc Luhan establece formalmente una filiación entre su obra y la del teólogo jesuita del arte Teilhard de Chardin reproduciendo su escatología de la noosfera y de la planetarización, como objetivación del espíritu de la tierra.

Para terminar esta nota -que es inacabable-, y a guisa de síntesis, establezcamos que cada civilización, en las areas histórico geográficas que la comprenden, ha construído su modo de apropiación e integración de las técnicas aplicadas y de los pensamientos que las han originado y de las cuales se retroalimentan, lo cual da origen a configuraciones comunicacionales múltiples, expresadas a distintos niveles del aparato perceptivo, económico, social, mental y los distintos niveles posibles en que el ser humano divide la realidad para actuar sobre ella. No se trata por lo tanto, de reconstruir un discurso de corte milenarista a partir de la masiva implantación de las nuevas tecnologías, ni tampoco de suscribir un criterio que pretendiera comparar este momento de la singularidad presente, con la llegada a un eventual punto omega, sino más bien establecer con claridad y en cada situación específica que nos convoque, las condiciones que adquiere la reificación de los fenómenos tecnológicos en el espacio social contemporáneo, marcado por el peso puntual de la totalidad como pérdida de significado. El espíritu, es eso, con y sin significado.

[1] Marx, Weber, Durkheim...

energía y monoteísmo



“...aquí la premisa es que lo que aún no se ha articulado como un lenguaje social, todavía no existe en cierto sentido histórico mas pleno; o si se prefiere, que el surgimiento de nuevas formulaciones anuncia la presencia activa de una nueva experiencia”.
F. Jameson (1998: p. 141)

“Se constata la emergencia de un nuevo tipo de profesional del conocimiento, el analista de símbolos, cuyo arte se concibe no tanto por la creación de conocimientos nuevos, sino por la capacidad de articular conocimientos y ponerlos en práctica. Estos profesionales del conocimiento, más que eruditos, son navegantes, nódulos en la red”.
M.Gibbons. The new production of Knowledge.1994.

Al abordar estas tareas inevitablemente reproducimos la esencia de su funcionamiento: no escapará a la atención su carácter iterativo. Una y otra vez volveremos de distinta manera sobre los mismos enfoques. En distintos momentos de su desarrollo -para no decir en cada momento su desarrollo- diremos que nuestro campo de acción es la cibernética, que de acuerdo al nuevo paradigma nuestro enfoque epistemológico es sistémico, que las metodologías en que se objetiva responden más a las necesidades generadas por las redes humanas, que a las exigencias tecnológicas, que la sociedad de la información se dirige a grandes pasos a la sociedad del conocimiento, generando en ese acelerado movimiento, la interfase en que nos encontramos; que la globalización es el terreno histórico en que confluyen en tiempo y espacio profundas transformaciones de todo tipo que encontramos reflejadas en la incertidumbre con que se visten los resultados de la acción y las nuevas condiciones de la teoría, que cediendo su lugar de cómoda certeza prefiere encontrar en el simulacro su objetivación y en la paradoja la solución del paradigma. No cabe duda que la tarea es difícil, particularmente porque nunca sabemos a priori si germinarán en el campo social las semillas de la innovación necesaria que sin embargo y por eso seguiremos plantando a cada paso en nuestro camino de cazadores. De esta manera la repetición de nuestros principios, a cada paso que damos, no sólo tiene como el mito o el cuento infantil la propiedad pedagógica de afirmar subliminalmente los principios y elementos que confieren estructura a una materia de otra manera dispersa y que en la repetición encuentra el orden que la orienta, sino que además es la manera en la cual realiza la episteme la conexión entre un ser en permanente devenir y una metodología que incorporando el pasado debe no obstante siempre comenzar de cero.

El haber definido el campo de decisión del modelo cibernético indica de manera clara nuestro interés por develar las condiciones prácticas de un modelo holístico que encuentra en los momentos siempre renovados de articulación de ciencias humanas, sociales y exactas, a la vez los determinantes de su pobreza de documentación experimental y la riqueza eventual de sus desarrollos de futuro. No sorprende en consecuencia el lugar común, porque ha sido el hecho, que una ciencia que aspira a la totalidad sea poco fértil en la elaboración de sus detalles. La importación recurrente de términos y procesos correspondiente a planos diferenciados del quehacer habitual, remite así a la importación frecuente durante todo el siglo xx de conceptos provenientes de las ciencias exactas para dar cuenta de una querida exactitud similar en las ciencias humanas y sociales que viniera a llenar el vacío de certeza que su propia incorporación ha terminado por convencernos imposible. El triunfo social de la tecno ciencia por otra parte, ha hecho inevitable que el pensamiento contemporáneo encuentre difícil el establecimiento de los límites que marcan naturalmente el campo tradicional de la física y el de las sociedades humanas subsumidos hasta hace poco en el paradigma dominante de la biología molecular por sus propios desarrollos transformado en un nuevo espacio mucho más conjunto, convergente y amplio en desarrollos posibles como el genoma humano, la nanotecnología o la biología sintética. Que también es paradoja, son exponencialmente mucho menos conocidos que frecuentes sus aplicaciones.

No debiera considerarse un azar que en una sociedad industrial caracterizada por el consumo fenomenal de energía que termina por plantear al mismo tiempo el agotamiento de las fuentes energéticas y el espacio vivible en que se recoge sus producciones, hubiere tenido tanto éxito la transposición del principio físico de la entropía, que por curiosa coincidencia recoge los dos extremos de fin y de desorden de los campos que describe. Guattari ha señalado con propiedad que la termodinámica aparece en el pensamiento social como una instancia parasitaria que se representa como un cangrejo epistemológico que despedaza los datos de los que se nutre, siguiendo siempre el mismo ceremonial de disectar los datos que conforman los campos diversos por los que camina, para construir sobre sus esencias el capital de un monoteísmo energético que encuentra en las catedrales de su culto la constatación de la muerte de su Dios. Será pertinente considerar que el mundo de este monoteísmo alimentado con el caos de su desaparición, se presenta con frecuencia cada vez mayor en la información de la que da cuenta su etimología, esencialmente opuesta al desorden y por ende al caos, aún cuando la infinita generación de sus redes, propende más bien a saturar los límites de la comprensión que a permitir la conciencia que supuestamente buscaba.

viernes, 4 de enero de 2008

Predicciones TIC´s para el 2008.


(Traducido del inglés por Nos, de “Technology 2008”, in The Economist , 23.12.2007)

Nota introductoria:
Aunque nuestras publicaciones en este sitio, no contemplan una línea específica de relaciones de "negocios" o "mercado", en la perspectiva central de vincular las estrategias convergentes de academia, gobierno y empresa, que nos motiva, traducimos este muy reciente artículo de prospectiva tecnológica, ya que sus conclusiones, serán de interés para el conjunto de actores involucrados. por cuanto además de considerar el 2008 como de dificultades de acceso a internet, lo señala como el año de "triunfo definitivo" del libre acceso. No es menor: nuestra empresa ha sido desde siempre promotora del Open Access y de un tiempo a esta parte, nos hemos convertido en desarrolladores de la Web Social. Como se verá, aunque básicamente en cuanto a sus efectos de mercado, el crecimiento exponencial de las herramientas colaborativas y las condiciones de libre acceso, que conforman tronco y ramas de la Web social, son los dos elementos nucleares del análisis de The Economist que presentamos en español. vc-on.

Uno debiera prever con alguna certeza que 2008 será el año en que dejaremos de considerar como un hecho "dado" el acceso a Internet. Ello, como una consecuencia directa del desarrollo de la web social, en cuanto a que una cada vez mayor cantidad de usuarios bajará música, clips de video y juegos, mientras se comunica incesantemente por e-mail, chat y mensajería instantánea, incorporando las herramientas cada vez mas sofisticadas de libre acceso disponibles. Aunque esto seguramente no detendrá internet, se producirán enormes “tacos” en el tráfico de la “supercarretera”.

El elemento más importante de este atochamiento, sigue siendo sin embargo, un viejo conocido de la web 1.0: el spam (o correo no solicitado), que cuenta por el 90% del tráfico real de Internet. Las compañías de teléfonos y los otros grandes Proveedores de Servicios de Internet (ISP), lo han tolerado porque al cabo, suprimir el spam sólo beneficia a los consumidores... y no a ellos, para quienes es parte importante del negocio.

Sin embargo, el uso de internet (particularmente de WiFi) se acrecienta, haciéndose extensivo a navegadores personales, aparatos para escuchar música, DVD´s y teléfonos móviles, al tiempo que la creciente popularidad de las “redes sociales”, como Facebook, YouTube y MySpace, permiten ya no sólo “bajar”, sino que también “subir” material de mucho “peso” a millones de personas. La industria, que ha asimilado y hecho propia la “ola del futuro” que implica el concepto de “leer-escribir” (opuesto al anterior esquema de la Web y que consistía solo en leer), o de “usuario generador de contenido”, está generando un tsunami de proporciones, cuando cada usuario crea y comparte sus videos, que tienen un peso muchísimo mayor que la música en MP3 compartida vía Napster y otros. Y ello en una relación -P2P-, en la cual todos simultáneamente, “bajan” y “suben” para compartir con otros.

Y lo que vemos hoy, es solo el comienzo, las grandes compañías empiezan a tomarse el espacio “social”, introduciendo su propaganda donde es más vista y donde además les resulta –como a todos-, gratis. Las grandes compañías del video y la televisión y recientemente los estudios de la industria del cine, usan profusamente de este espacio, dejando cada vez más sin ancho de banda a los proveedores.

La esencia de este fenómeno es el crecimiento exponencial de las “redes sociales” de colaboración, la búsqueda frenética de información en Internet, el uso “de ida y vuelta” de material multimedia y la adopción generalizada de los criterios que identifican al P2P en las empresas como necesidad de los nuevos negocios, incorporando a sus prácticas el set de herramientas de libre acceso que identifican el nuevo movimiento de la web social, que permiten la “construcción de conocimiento colaborativo”, como Skype y Blogs.

Los mayores proveedores de Internet, como AT&T, Verizon y Comcast, por cierto, trabajan en actualizar sus sistemas para hacer frente a esta demanda, pero se calcula en uno o dos años el tiempo necesario para que estas mejoras se realicen, y mientras tanto, la televisión en Internet estará en su apogeo, el spam se habrá multiplicado por 10, WiFi estará incorporado a todo objeto que se mueva y los usuarios, clamando por mayor capacidad... Eventualmente se llegará a destino, pero no será tan rápido...

El “triunfo” del Open Acces, es otra de las características de lo que ocurrirá durante el 2008, que verá como se suman a la “alternativa inevitable”, empresas que hasta ahora habían basado sus negocios en el desarrollo de sistemas propietarios, como Verizon, Apple e IBM, y que eran considerados bastiones de la lucha contra el Open Access Movement....

Y ello tiene a las grandes empresas preocupadas de ver como se mantienen en el negocio, ya que si las oficinas tenían que comprar PC por mil dólares, a los cuales había que agregar los 200 que costaba la copia del Microsoft Office, no cabe duda que computadores que cuesten menos de la mitad y que usan sistemas operativos de libre acceso como Linux y agregados como Open Office, habrán de modificar sus esquemas de ganancia. Los epertos están todos de acuerdo en que ni Microsoft ni Apple podrán competir con los nuevos precios que –siempre deseosas de reducir los costos para aumentar las ganancias-, impondrán las compañías al mercado. La veloz maduración del software de libre acceso y el creciente número de usuarios verá como Linux, OpenOffice, Firefox, MySQL, Evolution, Pidgin y algo como 23.000 otras aplicaciones de libre acceso, derivadas de Linux, serán otro de los aspectos que modifican en este año el uso de las TIC´s en el mundo.