La interoperabilidad de los servicios públicos, es a no dudarlo, el centro neurálgico de los esfuerzos para dotar de efectividad los procesos de reforma y modernización del Estado. Así ha sido reconocido por la Estrategia Digital, de la actual administración, que estableciendo en julio del presente año lineamientos estratégicos hasta el 2010, apunta a focalizar los esfuerzos del Estado en modelos interoperables, constatando que nuestros éxitos en materia tecnológica, han sido hasta ahora –y en general-, experiencias aisladas[1].
De manera coherente con las líneas estratégicas establecidas por los organismos e instituciones competentes en el ámbito internacional[2], el compromiso intersectorial de hacer interoperable la información de la que dispone el gobierno y que significa aplicar las nuevas tecnologías a la gestión, se ha visto recientemente ratificada por la XVI Cumbre de Mandatarios, al adoptar la Carta Iberoamericana de Gobierno Electrónico, dónde se señala que: “los Estados deberán tomar en consideración la necesaria interoperabilidad de las comunicaciones y servicios que hacen posible el Gobierno Electrónico. A esos efectos dispondrán las medidas necesarias, para que todas las Administraciones Públicas, cualquiera que sea su nivel y con independencia del respeto a su autonomía, establezcan sistemas que sean interoperables”.[3]
En resumen, la evidencia demuestra que hasta ahora los sistemas se han desarrollado con especificaciones que responden a las necesidades de sectores particulares, pero sin tomar debidamente en cuenta las posibilidades de las nuevas tecnologías para desarrollar ambientes de gestión, monitoreo y evaluación, que permitan retroalimentación de la información necesaria entre las personas, instituciones y organismos asociados a tareas comunes, obteniéndose soluciones que no son compatibles entre sí, reduciendo la eficiencia y duplicando esfuerzos[4].
Señalemos aún, que los compromisos de integralidad de los servicios y de intercambio de la información, para permitir la toma de decisiones informada, participativa y pertinente, no se centran ya en la búsqueda de mayor sofisticación de las herramientas tecnológicas de hardware y software, que las permiten, sino en los aspectos propiamente humanos en que se objetivan. Esto es: en la claridad de las voluntades políticas, en mecanismos permanentemente actualizados de transmisión participativa y en la generación de redes humanas plenamente habilitadas en la construcción de una sociedad del conocimiento, orientada hacia el desarrollo, colaborativa y centrada en las personas[5].
De manera coherente con las líneas estratégicas establecidas por los organismos e instituciones competentes en el ámbito internacional[2], el compromiso intersectorial de hacer interoperable la información de la que dispone el gobierno y que significa aplicar las nuevas tecnologías a la gestión, se ha visto recientemente ratificada por la XVI Cumbre de Mandatarios, al adoptar la Carta Iberoamericana de Gobierno Electrónico, dónde se señala que: “los Estados deberán tomar en consideración la necesaria interoperabilidad de las comunicaciones y servicios que hacen posible el Gobierno Electrónico. A esos efectos dispondrán las medidas necesarias, para que todas las Administraciones Públicas, cualquiera que sea su nivel y con independencia del respeto a su autonomía, establezcan sistemas que sean interoperables”.[3]
En resumen, la evidencia demuestra que hasta ahora los sistemas se han desarrollado con especificaciones que responden a las necesidades de sectores particulares, pero sin tomar debidamente en cuenta las posibilidades de las nuevas tecnologías para desarrollar ambientes de gestión, monitoreo y evaluación, que permitan retroalimentación de la información necesaria entre las personas, instituciones y organismos asociados a tareas comunes, obteniéndose soluciones que no son compatibles entre sí, reduciendo la eficiencia y duplicando esfuerzos[4].
Señalemos aún, que los compromisos de integralidad de los servicios y de intercambio de la información, para permitir la toma de decisiones informada, participativa y pertinente, no se centran ya en la búsqueda de mayor sofisticación de las herramientas tecnológicas de hardware y software, que las permiten, sino en los aspectos propiamente humanos en que se objetivan. Esto es: en la claridad de las voluntades políticas, en mecanismos permanentemente actualizados de transmisión participativa y en la generación de redes humanas plenamente habilitadas en la construcción de una sociedad del conocimiento, orientada hacia el desarrollo, colaborativa y centrada en las personas[5].
Notas.
[1] Alejandro Ferreiro, “Plan estratégico de desarrollo digital”, (Presentación PP, slide 12). Comité de Ministros para el Desarrollo Digital, 12.07.2007
[2] Perspectivas en comunicaciones 2007. OCDE./ BID (ver particularmente División de Estado, Gobernabilidad Pública y Sociedad Civil). / UNDP (http://www.apdip.net/projects/gif). /World Bank, ITU...
[3] CARTA IBEROAMERICANA DE GOBIERNO ELECTRÓNICO. Aprobada por la IX Conferencia Iberoamericana de Ministros de Administración Pública y Reforma del Estado Pucón, Chile, 31 de mayo y 1° de junio de 2007. Adoptada por la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno Santiago de Chile, 10 de noviembre de 2007.(Resolución No. 18 de la Declaración de Santiago). P.21.
[4] Así lo establece un proyecto conjunto entre IBM, Oracle, UNDP-APDIP y IOSN, recientemente iniciado.
[5] Hacia la Sociedad del Conocimiento UNESCO 2007. En: www.vc-on.blogspot.com
[1] Alejandro Ferreiro, “Plan estratégico de desarrollo digital”, (Presentación PP, slide 12). Comité de Ministros para el Desarrollo Digital, 12.07.2007
[2] Perspectivas en comunicaciones 2007. OCDE./ BID (ver particularmente División de Estado, Gobernabilidad Pública y Sociedad Civil). / UNDP (http://www.apdip.net/projects/gif). /World Bank, ITU...
[3] CARTA IBEROAMERICANA DE GOBIERNO ELECTRÓNICO. Aprobada por la IX Conferencia Iberoamericana de Ministros de Administración Pública y Reforma del Estado Pucón, Chile, 31 de mayo y 1° de junio de 2007. Adoptada por la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno Santiago de Chile, 10 de noviembre de 2007.(Resolución No. 18 de la Declaración de Santiago). P.21.
[4] Así lo establece un proyecto conjunto entre IBM, Oracle, UNDP-APDIP y IOSN, recientemente iniciado.
[5] Hacia la Sociedad del Conocimiento UNESCO 2007. En: www.vc-on.blogspot.com