Antes y después de la interfase de caso.
Por otra parte, desde una perspectiva de sociología de la salud, no debieran caber dudas que el procedimiento a través del cual se pretende ontener información sobre una cuestión de tanta carga cultural como la que contemplamos, difícilmente permitiría obtener respuestas que tuvieren un alto grado de confiabilidad. Además, hay que tomar en cuenta, que estas entrevistas han de realizarse en espacios sociales marcados por niveles culturales de suyo bastante bajos, lo que implica niveles de tolerancia menores, a las eventuales condiciones de roce, incomodidad o conflicto que pudieran generarse en la entrevista, lo que indica la necesidad de un diseño particularmente atento y cuidadoso. Situación que por cierto se ve aumentada notablemente en el caso de encuestaje en zonas culturales étnicas (recordemos que en Colombia hay 58 etnias distintas reconocidads por el estado y que aunque su población total alcanza menos del millón de personas, con seguridad habrá muchos casos en los que se les aplique la ficha). Consideremos aún al respecto, el tema de género, que seguramente se planterá. Las preguntas han de realizarse a varones mayores de 45 años y ello por encuestadores seguramente menores, dentro de los cuales habrá mujeres. Imaginemos el caso -que sin duda habría de producirse-, en el que una mujer de, digamos, 25 años lleve a cabo dicha encuesta y nos daremos cuenta, más allá de la confiabilidad final de los resultados que hemos puesto en duda, de lo incómodo que resultará para uno y otro de los operantes el suceso. Por añadidura al largo rato y la tensión excesiva que este tema demandará durante la encuesta, consideremos que su incidencia será negativa en el resto del desarrollo de la interrelación, por cuanto será una “marca” que habría de dificultar grandemente el normal desarrollo de las próximas entrevistas.
Y aquí es válido plantear el recurso a un modelo de simulación para corroborar la hipótesis. Imaginemos que hubiere sido por razones de tipo económico que se prefiriera realizar el examen de acuerdo a la forma tradicional, en lugar de hacerlo por otros medios. En efecto, es perfectamente posible que aunque el examen de sangre en si no plantee costos especiales, dado el caso concreto de la situación, podría haber una serie de costos asociados tales como: consultorios móviles, preparación adecuada del personal, sistemas de congelamiento de las muestras hasta llevarlas a laboratorio, etc. Si este fuere el caso -que como hemos dicho no lo es-, ello sólo redundaría en afianzar nuestra posición de lo necesario de la interoperabilidad, concebida como diálogo permanente entre una red de actores fortalecida, por cuanto detectado el tema de los costos mayores no cubiertos por la acción del sistema, ellos debieran activar los mecanismos de retroalimentación institucional que permitiera incorporar como un ítem específico dentro del programa, o como proyecto independiente, asociado, la serie de procedimientos adecuados para obtener los recursos requeridos. De esta manera, el programa se enriquecería por su capacidad de detección de requerimientos colaterales y por la de activar los mecanismos de acción que permitieran resolverlo. Por cierto, ello no sería posible sin la “interoperabilidad dialógica”[1].
Hay un par de cuestiones que debiéramos agregar a esta nota, siendo tal vez la primera, que nos damos cuenta que éste modelo de investigación, en todos los casos debe irse haciendo a medida que se avanza. En este sentido reproducimos de manera fiel nuestros principios de ser una empresa de conocimiento es decir en síntesis, que vincula la investigación, al análisis de su propio desarrollo. Así, no cabe duda que los datos acerca de la penetración de Internet en Colombia y Chile, aunque diferentes en términos proporcionales, manifiesten una exacta igualdad de 6,7 millones de usuarios[2]. Esto es una coincidencia que no debe ser pasada por alto. Tampoco debiera serlo, el que nos diéramos cuenta de estar verificando el paradigma de circularidad estructural de las comunicaciones, por cuanto a través del último desarrollo de las herramientas de Internet, estamos realmente volviendo a la oralidad[3].
Como lo hemos señalado, nuestra labor en la realización de la ficha (que por cierto ya se encuentra hecha) debió considerar nuestra participación en la comprensión global de estos temas, no tanto por la experiencia que sin duda tenemos, ni porqué por algún arte de birlibirloque académico supiéramos más o estuviéremos más calificados que aquellos que la han concebido, sino simplemente porque, nuestra vinculación de carácter externo, nos permite un nivel de autonomía, objetividad y alejamiento, que permite la visión comprensiva de la totalidad del proceso, de la cual carecen aquellos que están en el día a día de la administración. Así como aquel que se encuentra volando, puede apreciar (sino con mayor detalle, la “precisión del conjunto”) el mundo que tiene abajo. Esta última observación me lleva a anotar que por cierto se requiere para ello, una enorme capacidad de mantener la concentración en medio del movimiento, cuestión que tampoco es fácil, y que requiere un trabajo específico que en parte, explica la teoría.
Estas hojas, más que preceder una metodología, develan su sintáxis. Apuntan a establecer de a poco y sobre la marcha, una síntesis operativa de los aspectos relacionales necesarios para configurar una representación ajustada a las condiciones, cada vez mas pertinentes y precisas, de los campos significantes constituyen nuestro dominio de acción significante en análisis y gestión de políticas públicas. De esta manera, en nuestra visión, estamos comprendiendo (en el sentido de abrazar) la inserción de una metodología dinámica, siempre adecuada a su objeto, que se desprende de una práctica de trabajo en redes tecnológicas y humanas, sustentada en una posición que conjuga realismo científico, constructivismo social y análisis de discurso, considerando que la realidad misma, intervenida e impactada por las distintas formas de presencia de la tecnología, ha sufrido una transformación cualitativa, que la hace aparecer simultáneamente como real (de acuerdo a los criterios de concreto e identidad con que la concebíamos) y al mismo tiempo como virtual, en tanto productora de nueva práctica social y de discurso, no reduciendo jamás su impacto a uno solo de estos aspectos, sin considerar la relación que guarda con los otros, pero al mismo tiempo otorgándole plena significación a los análisis que en sus dominios respectivos se establezca.
Esta mirada, que vulnera –enriqueciendo-, formas más ortodoxas de desarrollo científico, encuentra los sustantivo de su carácter, precisa y paradojalmente en provenir directamente del análisis de la experiencia. Al darnos cuenta que la introducción de tecnologías en los espacios sociales, no sólo modifica la forma tradicional en que se realizan las mismas acciones, sino que introduce la necesidad de desarrollar nuevas acciones a las cuales hay que encontrar significado permanentemente, para así adecuar los nuevos desarrollos, nos damos cuenta que el rol de la significación y de la teoría significante -y esto al contrario de lo que ocurría hasta hace muy poco con la Sociedad de la Información, con la cual se entrelaza en espacios de transición e interfase-, ha pasado a ser central en la Sociedad del Conocimiento. Sin esta visión de los procesos, corremos el riesgo de no entender los cambios que introducimos y de los que somos parte y que nos encuentran como uno de los elementos de una cadena significante en la cual los nodos y eslabones adquieren su forma perceptible, precisamente por las tecnologías que se han introducido. La estabilidad y la forma de los distintos agentes o actores de esta cadena que termina vinculando interfaces sucesivas y coordinadas (como en un juego interminable de preguntas del huevo y la gallina), no es nunca permanente, ni puede tampoco saberse cual adquirirá valores absolutos más allá de los contextos específicos, por cuanto su naturaleza resulta de la interacción de elementos heterogéneos, cada vez renovados, a medida que se van incorporando y asimilando a estas redes.
En lo concreto, los aspectos metodológicos en que debiéramos concentrar nuestra atención de interfase, en el momento presente de nuestro trabajo de protección social, habrían de consistir, en la construcción de un modelo de retroalimentación, que nos permitiera documentar todos los pasos del proceso que fuéremos dando, sin lo cual no sólo corremos el riesgo de no entender de manera prospectiva sus evoluciones probables, sino que además difícilmente lograríamos en el registro de los procesos encontrar aquellas facetas que debieran ser corregidas en nuevas aplicaciones. Esto por cierto es mucho más fácil que la teoría que sustenta su construcción y no debiera encontrar resistencia sustantiva entre quienes determinan el financiamiento y distribución de los recursos disponibles. El particular momento en que se encuentra nuestra empresa, manifiesta de manera decidida un crecimiento al mismo tiempo horizontal y en profundidad que involucra las distintas áreas, así como nuevos desarrollos, fundamentalmente relacionados con su paso al ámbito internacional, hacen que la incorporación de este desarrollo de " registro de procesos", que es naturalmente uno de documentación y análisis, o simplemente de procesamiento activo y análisis estratégico, resulte fundamental para asegurar su debido crecimiento y el control de los elementos imprevistos, que necesariamente han de producirse, sin afectar la marcha fundamental de su desarrollo sustentable en el tiempo y sus productos.
Estos principios que forman parte del desarrollo de la cybernética y se alimentan de distintas fuentes teóricas[4], en la consideración que los actores, entendidos como redes de personas o situaciones, desde que participan del sistema que conforman, se constituyen en relaciones sociales concretas de trasmisión con efectos encadenantes, que mas allá del contenido diferencial que adquieran en situaciones particulares (y que constituye el objeto puntual que se tratará de establecer en cada caso), tienen el mismo valor y la misma presencia a nivel del análisis, sin que sea posible definir a priori su importancia en la evolución del sistema.
Es así que al incorporar los nuevos momentos de interrelación que implica el diseño de un nuevo proyecto, debamos plantearnos que los antecedentes históricos con los cuales contamos y que de manera necesaria se inscriben en el pasado de nuestra proyección, no sirven sino como una referencia, que en ningún caso permitirá repetir las funciones de un grupo de actores en esencia nuevo, sino que permitirá cuando más establecer los criterios a partir de los cuales podremos considerar nuestro trabajo de análisis como comparable y formando parte de la misma dinámica que los anteriormente realizadas.
La construcción de esta teoría[5] aparece como una finalidad en sí de la investigación, a varios niveles del análisis. En primer lugar, no se trata no se trata de indicar el papel fundamental del pasado, ni tampoco el de repetir de manera mecánica sus evoluciones eventuales, sino de realizar en el momento mismo del trabajo una investigación que supone la construcción de un modelo que permita la sumatoria de distintos niveles de interrelación dinámica. Por otra parte, corresponde a un cambio de la manera en la cual se concibe tradicionalmente la relación entre el investigador y la cosa a investigar. Ambos, sujeto y objeto, parte sino indiferenciable, cada vez mas virtual y transitoria de un proceso dinámico que los hace converger en interfases renovadas donde cada vez resulta más difícil (e innecesario) la definición de identidades que les otorgaban existencia autónoma, siendo tal vez el regsitro actualizado de las transformaciones que van ocurriendo, la única posibilidad de contar con elementos que permitan el análisis prospectivo. Estas consideraciones acerca de lo que significa el cambio de paradigma epistemológico, aunque aparentemente alejadas de lo concreto, han de permitir –esperamos-, la configuración de un soporte referencial común que permitirán –como es propio a la teoría-, ordenar lo que la práctica confunde.
Si se mira con atención, podremos percibir que el cambio de enfoque que la introducción de las nuevas tecnologías supone en el espacio social, tiene consecuencias profundas, tanto en la forma en que habitualmente hacemos las cosas, como en cuanto a las cosas mismas que se hacen, y ello tanto a nivel superficial que implica la acción de hacer cosas, como en cuanto al nivel más profundo, que implica comprender el significado de las cosas en cuanto relación que está siendo llevada a cabo. De hecho, al conjugar en una misma superficie elementos tan diversos como lo orgánico (las personas), lo inorgánico (las máquinas y equipos)[6] y las relaciones entre ellos se establecen, estamos configurando el mundo de una manera completamente distinta de lo que hasta aquí habíamos considerado como la forma tradicional de llevar a cabo los procesos.
Distinguiera el punto de inicio de esta de esta forma siempre renovada de investigación, el señalar con claridad, que la presencia de la teoría en el sistema, no aparece como un elemento adicional, del que pudiere prescindirse, o elemento restringido a lo que se establece una vez (en el “marco teórico”), sino más bien, como una parte necesaria y constituyente de la dinámica del proceso de investigación, que aunque definida en sus aspectos estructurales desde el principio, debe reorganizarse y estar presente en todas y cada una de sus fases, para generar la retroalimentación que requiere el proceso iterativo de construcción y profundización de un diálogo de alcances a la vez técnicos, políticos y cognitivos entre los actores socio técnicos en cada caso convocados.
Eco-Visiión.
Notas.
[1] Hemos acuñado el concepto “interoperabilidad dialógica”, para señalar claramente que no nos referimos a la “interoperabilidad” considerada de manera tradicional, en tanto posibilidad de intercambio actualizado de data específica entre equipos de trabajo –cuestión que no obstante se incorpora-, sino que a poner el acento en el fortalecimiento de redes humanas que implica la retroalimentación constante de los análisis y resignificaciones que durante todo el proceso se vayan realizando entre los nodos y que finalmente garantiza la sustentabilidad en el tiempo y el éxito del programa en la consecución de sus logros sociales.
[2] Ver link de “estadísticas” en laboblog http://www.vc-on.blogspot.com/
[3] Esto refiere a la utilización en parte de este escrito de la herramienta de reconocimiento de voz.
[4] El conjunto es rico y diverso. Apuntamos la mediología, pero no menos es producto en desarrollo de la etnosociología que de la Ant-Theory y faltaríamos, si no mencionaramos la Antropología Estructural o la Mitodología.
[5] Recordemos que “teoría” viene del griego “theorein” , que significa observar, lo cual se relaciona muy directamente con el nombre de nuestra empresa, Visiión...
[6] No se nos escapa que esta es una realidad transitoria y que los avances actuales ya permiten la creación de chips orgánicos o circuitos de dispositivos que integran de manera cada vez mayor lo orgánico y lo inorgánico. Parte de este proceso de integración creciente se refleja también en medicina.