Modelo Integrado de Gestión.
Fundamentos.
(Entrada prohibida a personal autorizado).
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“Se trata de establecer correlaciones entre las funciones sociales superiores involucradas (ciencia, religión, arte, política) y nuestros procedimientos de memorización, representación y desplazamiento”. R.Debray.
El presente trabajo[1], plantea algunos desafíos nuevos, basados en presupuestos que es bueno especificar. Uno de ellos refiere a los cambios institucionales y organizacionales presentes –aunque de manera latente- en la propuesta, coincidentes con aquellos que se están produciendo en el ámbito internacional, relativos a la incorporación de TIC´s y que manifiestan de manera inequívoca transformaciones profundas que modifican el conjunto de las prácticas, habilidades y concepciones que caracterizan las culturas, sus expresiones regionales y locales y las formas de transmisión de sus contenidos. Otro, es la necesidad de ajustar los procedimientos y metodologías a nuevas condiciones. Es así que en el contexto presente, adquiere particular importancia una atención organizacional de investigación analítica, dedicada a comprender los cambios que requieren las concepciones, herramientas y metodologías de transmisión de los conocimientos. Ello en el ámbito educativo en general, como en lo que concierne la “capacitación” en particular, para sobre esta base, apoyar el diseño de una implementación pertinente a las condiciones socio políticas del territorio, acorde con los requerimientos del programa y actualizada de acuerdo a estándares internacionales.
Nuestro modelo de Empresa del Conocimiento (Visiión.Eco) MIG 2.0[2], modelo de gestión y construcción de conocimiento, se caracteriza por articular tres áreas generalmente presentes[3] en los proyectos de gestión del conocimiento, conformando una solución que pese a ser unitaria nunca es la misma y en la cual las tres áreas se retroalimentan constantemente, para generar metodologías de transmisión e implementación pertinentes y adecuadas al entorno: TIC,s, relaciones humanas y cambio organizacional, ciencias sociales y humanas. Para operacionalizar estas dimensiones, hemos acuñado los términos de Media Situacional, Interoperabilidad Dialógica y Redes de Resonancia Cognitiva.
Así, tres ámbitos de desarrollo contempla esta propuesta de generación de redes tecnológicas para la gestión de política pública regional. El primero -que podría ser entendido como el "tradicional" en un trabajo de esta naturaleza-, tiene que ver con el diseño e implementación del sistema de soporte decisional propiamente tal y la habilitación necesaria a los usuarios en las funciones y procesos que implica. El segundo, consiste en la generación de interfases que permitan la instalación de la interoperabilidad, es decir, del intercambio fluido, permanente y actualizado de bases de datos e información significante entre instituciones. Acotemos que en el caso presente ello se concibe como un piloto que concierne inicialmente al BIP, al SIGFE y METASIS. Un tercer ámbito presente en nuestra propuesta y que sin duda le otorga carácter diferencial y valor agregado al trabajo de nuestra empresa[4], consiste precisamente en la concepción, diseño operativo e implementación de un programa de Habilitación Informacional (HI) que yendo mas allá de la simple capacitación tradicional en la utilización de la herramienta, responda a los criterios conceptuales académicamente en vigor en la actualidad y se transforme en elemento activo de las transformaciones, a través de la introducción de los mas apropiadas y noveles dispositivos (y disposiciones...) tecnológicos[5].
La globalización, en tanto contexto histórico de nuestra época, implica que cualquier desarrollo objetivado en cualquier nivel de lo nacional, de manera directa o indirecta (como teoría o como función), corresponda a un acuerdo de desarrollo estratégico ya establecido en el ámbito internacional. Esta constatación, aunque cargada de historia, no aportaría nada nuevo, si no fuera porque la velocidad de las interacciones cada vez más complejas de la relación entre el estado-nación y sus pares, pero donde también intervienen las empresas multinacionales, los organismos especializados y las diversas culturas identitarias que caracterizan las localidades y los territorios, se actualiza constantemente en elementos emergentes. Es imprescindible para el éxito de los programas, generar condiciones que respondan a la necesidad de configurar lenguajes e intereses comunes, entre agentes que construyan “redes cognitivas”, de manera cada vez más concertada. Ello producirá transformaciones adicionales de alcances inesperados. En estas condiciones, la toma de decisiones requiere de la participación de especialistas capaces de anticipar los escenarios posibles, que conformen equipos multidisciplinarios y que actúen en conjunto tras el logro de sus objetivos, pero sobre todo, que puedan construir significados que los cohesionen y ser capaces de transmitirlos efectivamente.
Este escenario complejo como el que más, describe el paso acelerado entre lo que hemos dado en llamar la sociedad de la información y su correlato superior, la sociedad del conocimiento. Posiblemente el elemento central de este momento histórico que marca el inicio del siglo xxi y debiera prolongarse aún por parte importante de este, es lo que algunos investigadores han identificado desde el año 2000 en adelante, como la “triple hélice[6]” y que, como lo hemos dicho en otros lugares en este mismo sitio, gráfica en la confluencia de empresa, gobierno y academia, una unidad que no se había producido hasta aquí. Es sólo el desarrollo coordinado y decidido de estas tres instancias que permitirá a las sociedades responder a las exigencias siempre crecientes de un marco tecnológico en expansión permanente[7] y la satisfacción plena de las necesidades humanas, que ven revolucionarse la esencia misma de lo que ha sido su continuidad desde la aparición de la especie. De allí que se reconozca cada vez con mayor fuerza, la nueva centralidad adquirida por el conocimiento teórico como fuente de innovación y formulación de políticas públicas.
De manera esquemática, podemos decir que en nuestro país y en el marco de las políticas públicas, el paso entre la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento se encuentra claramente expresada por la formulación de dos direcciones políticas de la mayor envergadura, ocurridas en los últimos dos gobiernos de la concertación. Así el grupo de acción digital y la agenda digital durante el gobierno del Presidente Lagos permitieron la instalación y el funcionamiento óptimo de las redes tecnológicas en el aparato del estado, proceso que nos ha llevado como país a ocupar los primeros lugares de la región en este ámbito. La estrategia digital que elabora el consejo de ministros para la estrategia digital de la Presidenta Bachelet, tiene el objetivo expreso de dotar de contenidos y lograr la plena interoperabilidad de los servicios tecnológicos de los que ya disponemos. En este sentido es que la “agenda digital” corresponde a la Sociedad de la Información, como la “estrategia digital” corresponde a la Sociedad del Conocimiento.
Teoría e innovación en la era del simulacro.
Señalemos sin embargo que lo que aparece como una clara formulación, es naturalmente una magna tarea organizacional que involucra la totalidad de los actores sociales en el compromiso meta-político de incorporar al hábito mental y laboral, modificaciones que como hemos dicho son tan profundas como la velocidad en que ocurren. Efectivamente la increíblemente veloz introducción de las “tecnologías de la inteligencia”[8] en todos los ámbitos de la vida humana ha producido en los últimos 20 años[9] una verdadera y tenaz revolución cuyos alcances se nos escapan y cuyos detalles no alcanzamos a analizar plenamente, por cuanto al encontramos insertos en sus dinámicas, carecemos del “alejamiento” que permite el análisis y faculta la objetividad.
El continuo esfuerzo por generar instancias adecuadas a los requerimientos de un mundo siempre cambiante, han establecido que la innovación se convierta en un verdadero timón de mando. Precisamente en este ámbito, no obstante, los indicadores internacionales no cesan de establecer el lugar desfavorecido en que se encuentra nuestro país. De allí que cuando escuchemos que estudios realizados en los USA e Inglaterra, indican que sólo el uno por ciento de los proyectos de tecnología de software son completamente exitosos, no seamos obligados a reconocer que el paso la sociedad del conocimiento implica de hecho una resignificación de la tecnología como tal, aún cuando está resignificaciones pueda adecuarse perfectamente al sentido inicial que contiene la etimología del concepto. Tecnología en griego bien puede traducirse por “discurso del arte”[10].
La innovación requiere de un fuerte desarrollo del componente teórico. La interoperabilidad de los sistemas requiere que las personas conversen entre sí. A esto hemos llamado interoperabilidad dialógica. El único factor diferenciador en las organizaciones y lo que les otorga su valor, es el conocimiento. El valor agregado del servicio público, es que este conocimiento está puesto al servicio de la sociedad y las personas y que mientras mayor sea, más harmónicas, equilibradas y satisfactorias serán las relaciones que la conforman.
Y por cierto lo que presentamos como síntesis y resultado de un desarrollo experiencial producido por nuestra empresa, encuentra un correlato correspondiente que lo valida, en los órganos especializados del diseño estratégico de las políticas públicas en el ámbito internacional, quienes subrayan con cada vez mayor persistencia la importancia fundamental de desarrollos teóricos y conceptuales, que permitan configurar metodologías de interfase adecuadas a las complejas relaciones que este tránsito societal implica. Como se ha reconocido en diversas oportunidades: “los enfoques estrictamente tecnocráticos han tendido a ignorar los pasos críticos del proceso de diseño, negociación, aprobación e implementación de políticas, proceso que ciertamente resulta mucho más complejo que una respuesta meramente técnica”[11].
Significativa de los crecientes niveles de conciencia –y del consenso- que logra este enfoque, aparece la realización reciente (29.10.07) de una videoconferencia on-line organizada por el Departamento de e-goverment de la UNESCO desde Washington y con participación de 40 especialistas de distintos países del mundo que tuvo por título "el factor humano en el proceso de reingeniería del gobierno" y donde se analizaron con detención y profundidad experiencias particulares de aplicación de los proyectos de e-gov y distintas organizaciones de la comunidad internacional en distintos países, de todos los continentes, para establecer algunas conclusiones de diagnóstico General que permitan prefigurar los nuevos diseños estratégicos a desarrollar con la colaboración de los gobiernos[12].
Señalemos en primer lugar que la importancia de la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en cuanto al elemento activo y fundar tal del desarrollo de las sociedades en una perspectiva de inclusión social y mayores niveles de equidad no es ya discutible por cuanto las cifras indican que por ejemplo, en el caso de los proyectos del World Bank, el 73% de los proyectos de esta institución financiera conciernen el diseño e implementación de sistemas de tecnología. Un segundo elemento a destacar, es que tal como lo indica el titulo de la conferencia, los problemas no refieren ya a temas “tecnológicos” sino a la necesidad de acentuar la búsqueda de herramientas y metodologías adecuadas para generar conciencia de los nuevos procesos intelectuales que la época requiere para dar el salto definitivo que proyecte a la humanidad en la sociedad del conocimiento.
Es así que se ha señalado con precisión estadística, que hasta ahora los proyectos tecnológicos se han considerado de manera casi específica, en cuanto a sus requerimientos de hardware y de software, los que implican un costo de cerca de US $ 500 mil millones de durante el año 2006, considerándose que el porcentaje correlativo que se invierte en recursos humanos y liderazgo[13] , no alcanza sino alrededor del tres por ciento de esa cifra. Por otra parte, tanto la generación de instancias cada vez más colaborativas entre redes de personas, la profundización de los mecanismos democráticos, los logros cada vez mayores en el ámbito de la educación permanente, así como los desarrollos tecnológicos aplicados hacen que la noción misma de gobierno, esté perdiendo centralidad en la medida que el eje decisional se desplaza de manera creciente hacia la población como lo expresa el término de “gobernanza”, acuñado recientemente hace una decena de años, para dar cuenta de esta realidad de la política pública, en el cual se hace gobierno desde los ciudadanos[14].
La tecnología como factor de cambio en la política pública.
El proceso de cambios que enfrenta el gobierno en este escenario, obliga a sus funcionarios a asumir temas y tareas que antes no tenían que enfrentar y en este sentido la exigencia, hasta acá centrada en la empresa, de ser capaz de generar y gestionar proyectos creativos y sujetos a diferentes requisitos organizativos, haga que no sólo se pongan de manifiesto las necesidades de ampliar los conocimientos técnicos, sino también y junto al acabado conocimiento de los programas en aplicación, sea ahora fundamental la capacidad de adaptarse a los cambios, enfrentar diferentes requerimientos, desarrollar diferentes procedimientos, teniendo la capacidad política de conducir a otros tras los objetivos estratégicos y motivar e involucrar a todos los participantes de manera orgánica y funcional.
Este nuevo modelo organizacional, tiene como características centrales el ser colaborativo, abierto y el requerir del desarrollo de nuevas habilidades y condiciones, tales como la confianza, en algunos casos manejar conceptos de ingeniería de procesos, poseer habilidades de negociación y de exposición y otras que antes solo se exigían de determinados líderes. Se considera en efecto, que un proyecto solo es exitoso cuando los usuarios lo sienten como suyo y no cuando lo ven como una imposición.
Por cierto, este es un tema que debemos tratar, por cuanto la práctica indica que los diferentes proyectos -tecnológicos y no-, que se aplican en la gestión del gobierno, se presentan al funcionario como nuevos desarrollos y funciones que vienen a agregarse sobre una anterior carga de trabajo ya completa, siendo percibidos como carga adicional y no como una contribución a su labor. Sería de toda evidencia recomendable que el "plan de trabajo" contemplara la incorporación de las nuevas herramientas como parte "real" del tiempo de trabajo (estimación de tiempo de uso) y que la carga laboral pactada se redistribuyera en consecuencia. Por cierto, la introducción de "estímulos", materiales o no, debe ser considerada como parte del nuevo programa que se introduce.
Un estudio reciente, que contempla horas de "navegación" en Internet en el trabajo (refiere a instituciones de gobierno), pone a Chile en el último lugar, disponiendo de 3,5 horas por semana por persona y contemplando este ejercicio la totalidad de los recursos de acceso, vale decir, eventuales visitas a sitios web, páginas institucionales, intranet e e-mail. Tratándose de funcionarios cuya labor es necesariamente "intelectual", que tienen por objeto el “servicio público”, siendo cada vez mayores las demandas de la gente y la complejidad de los programas en los que participan, sería altamente esperable que esta realidad se transformare. En efecto, estando a la disposición de los usuarios tal cantidad de sitios dedicados al e-learning (sobre las mas diversas materias)[15] y de acceso gratuito, así como siendo el media web intrínseco al desarrollo de la sociedad del conocimiento, cualquier programa debe incorporar una dedicación horaria a la navegación, que modifique sustancialmente la cifra anterior. De hecho, nuestra propuesta de HI tiene como un componente central, la construcción de redes de blogs, construidos por los mismos usuarios (de acuerdo a un plan de 23 pasos en 8 semanas...). Esto es de acuerdo a estandares establecidos por los organismos especializados de la comunidad internacional, actualmente en vigor y que contribuyen a los lineamientos generales de construcción de la Web 2.0.[16]
En este sentido de "cultura organizacional", cabe asimismo señalar que se debiera contar con un equipo que gerenciara el proyecto y que asegurara su implementación, de acuerdo a criterios que no estuvieran -en lo medular-, sometidos a los eventuales avatares de los cambios políticos de jefaturas, para poder asumir desde el inicio una continuidad que lo hiciera sustentable en el largo plazo. Asimismo, en caso de ocurrir cambios debiera preverse una transmisión precisa de contenidos y funciones referidas al programa en cuestión, de manera de preservar su continuidad de aplicación.
Notas.
[1] Estas notas tratan de apuntar a condiciones generales (como tiene que ser tratándose de un Modelo), pero también tienen como objetivo puntual el servir de marco referencial a dos proyectos de realización probable en el corto plazo, en los cuales se encuentra puesta nuestra energía: SUBDERE y JUNTOS.
[2] Aunque no hay MIG 1.0, usamos el 2.0 para referir a la Web 2.0, con la cual es resonante.
[3] Necesariamente presentes, pero no reconocidas y hechas conscientes de manera expresa y manifiesta. Anotemos que este es precisamente una de las virtudes del MIG: sacar a la luz lo que se encuentra tácito.
[4] Concebida -no por azar- como una Empresa de Conocimiento (ECO).
[5] Ver entradas referidas a “media situacional”, HI y web 2.0.
[6] Etkowitz y Van Leydendorf (2000), acuñan la noción de Triple Hélix, que tiene por actores al Estado, la academia y la industria y por elementos motores la innovación, las nuevas tecnologías y la transferencia de conocimientos.
[7] Si la conocida Ley de Moore (1969), establecía la duplicación del conocimiento cada 15 años, los avances actuales permiten por ejemplo al matemático Vernor Vinge (1997) anunciar la tendencia del conocimiento hacia la singularidad: al duplicarse en cada momento, un contenido infinito se produce en una forma finita.
http://www.ugcs.caltech.edu/~phoenix/Lit/vinge-sing.html
[8] Pierre Levy, Les technologies de l´intelligence. Paris, 1998.
[9] Se considera 1994 como el año de “instalación” de la WWW.
[10] Tekhne: arte, Logos: discurso. Es notable que el “arte” haya llegado a entenderse como pura funcionalidad...
[11] Muñoz et al, “El proceso de toma de decisiones al interior del sistema público”. FLACSO 2007.
[12] Los videos completos de las intervenciones del evento están disponibles en el sitio Web del organismo: http://topics.developmentgateway.org/e-government
[13] Es decir, en los aspectos de comprensión y dirección, concepción y aplicación de los mismos.
[14] Notable resulta en este sentido el desarrollo del “u-gov”, que remite a la investigación sobre las posibilidades de aplicación de estrategias de Gobierno en terreno, mediante utilización de TIC´s.
[15] La plataforma de enseñanza en línea de la UNESCO, no solo tiene cientos de cursos sobre las mas diversas temáticas, sino que permite su utilización incorporando temas y contenidos que pueden ser propuestos y generados por las propias organizaciones
[16] Desde el link: “blog 48” –en nuestro listado a la derecha-, rescatamos lo esencial de este proceso metodológico. Aunque ya trabajado por nosotros en LINC, tiene en el portal de Development Gateways (UNESCO), su origen actual.